Llegando estas fechas ya empiezan a aflorar esos
vegetales antipáticos llamados espigas, en Burgos las conocen como pinchas. Son
una gramíneas muy malvadas. Son esas que usábamos de pequeños a modo de flechas
y que se quedaban clavadas en la ropa, sobre todo en los jerseys de lana.
Cuando aún están verdes no son tan peligrosas,
pero enseguida se secan y empiezan a dar
problemas. Entonces, se liberan unas de otras y con el viento o al caminar por
encima se caen, igual os ha pasado alguna vez que se meten por la zapatilla o
el calcetín. ¿A qué pinchan? Se van clavando poco a poco. Están diseñadas para
que solo avancen en una dirección, además con los cambios de humedad se
contraen y se distienden avanzando más deprisa. Eso mismo hacen cuando se
clavan en nuestros peludos, se meten por todos los sitios pero especialmente
problemáticos son los espacios interdigitales. Mirale la pezuñita a tu peludo,
ves los dedos que terminan en la uña pues entre dedo y dedo queda un espacio
bastante profundo. Siempre que vuelvas del campo debes revisarle esa zona, ten
en cuenta que tienen 4 patas y lleva su tiempo. También por debajo, entre las
almohadillas pueden clavarse. Una vez que entran puedes notar que cojea, que
tiene la zona inflamada, que se chupa mucho (normal, molesta). En el mejor de
los casos se ve el trayecto de entrada y llevándolo al veterinario puede
extraerla con unas pinzas especiales con una ligera sedación; en casos peores
el trayecto está cerrado y la espiga avanza, avanza pudiendo aparecer a media
pata o incluso más arriba…
Otras zonas frecuentes son los orificios naturales, oídos, nariz, garganta, ojos (entre los parpados y los ojos), vulva, muslo, lomo… Todo sitio que os parezca raro es frecuente para estas indeseables.
Otras zonas frecuentes son los orificios naturales, oídos, nariz, garganta, ojos (entre los parpados y los ojos), vulva, muslo, lomo… Todo sitio que os parezca raro es frecuente para estas indeseables.
En oídos es muy frecuente, sobre todo en los
perros de orejas caídas y con los típicos pelitos de protección (normalmente
protegen, pero en el caso de las espigas les facilitan el camino de entrada). Una
vez dentro causan mucha molestia e irritación, sacuden la cabeza casi
constantemente, se llevan la pata a la oreja, si te fijas en él de frente veras
que la lleva más baja que la otra. Producen irritación, inflamación e infección
e incluso en ciertas ocasiones pueden perforar el tímpano.
Ya vais viendo porque me caen tan bien estás “hermosuras”;
creo que es el único ser vivo que estoy dispuesta a erradicar…
Para quitarlas, nuevamente bajo sedación, con
pinzas especiales. En pocos casos los veterinarios las extraemos sin sedación;
ya que, con la molestia que tienen, al tocar la zona se mueven bruscamente
pudiendo ocasionarse involuntariamente graves lesiones.
Es importante a los perros de pelo largo (los de
corto también pero se ven más fácil y algunas pueden caer solas) que van al
campo (o a zonas donde haya espigas, que en la ciudad también pueden verse), se
les haga un corte de pelo preventivo. Las patitas deben ir cortadas cortas y la
parte interna de las orejas y periferia del conducto auditivo también deben ir
cortitos. Aprovechando el calor, podemos dejarlo fresquito, con menor riesgo a
que se le claven y a la vez nos facilitamos la búsqueda de estas zorrupidas.
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