Todas las crías de
mamífero se alimentan de leche, pero al hacerse adultos dejan de asimilar la
proteína principal de la leche la lactosa. Se supone que pasa en todos los
mamíferos, pero los occidentales hemos acostumbrado a nuestro organismo y no
solo la toleramos sino que además la aprovechamos. En cambio, en otras culturas
esto no ocurre y tampoco en los gatos adultos. Es cierto que a algunos no les
causa ningún trastorno gastrointestinal pero en general podemos decir que les
provoca diarrea. Normalmente, cuando cogemos un gatito lo primero que le
ofrecemos es leche, obviamente de la que tomamos nosotros la de vaca, pero esto
no es necesario ni bueno. Si el gatito ya tiene dientecillos podemos darle
pienso humedecido para que le sea más fácil morderlo o incluso sin mojar,
cuando el hambre aprieta el ingenio asoma. Si todavía no le han salido los
dientecillos debemos acudir a nuestra clínica más cercana a por leche en polvo
especial para gatitos, se reconstituye con agua y le aporta todos los
nutrientes que necesita. En caso de que sea totalmente imposible adquirir una
especial para ellos (sobra decir que su composición es muy diferente de la de
un herbívoro como es la vaca), podremos recurrir a la leche de vaca rebajada
con agua; pero esto solo es recomendable para un día a lo sumo dos; ya que en
esta época es cuando mayores necesidades nutricionales tienen y un
desequilibrio puede traer consecuencias no deseadas.
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