martes, 15 de mayo de 2012

Los perros y la sociedad


Las peludas del día mientras correteaban por un "praito".

      Sentada en una terraza asqueada de lo brutas que pueden llegar a ser ciertas personas y acompañada por dos seres maravillosos: Kenia y Ayame. Me pongo a reflexionar… ¿quién molesta más? Un grupo que no para de hablar a voz en grito tacos y barbaridades, acompañados de gestos cuanto menos innecesarios o estas dos peludas amarillas que ahora duermen a “pierna” suelta después de un paseo campestre y un ratillo de juegos atadas, mordiéndose los morrillos la una a la otra sin hacer ni un mínimo sonido… Ya sé que no todos y que no siempre son tan buen ejemplo nuestros peludos pero desde luego con un adiestramiento básico, unas normas simples y sencillas y una actividad física en concordancia con sus necesidades conseguiremos tener unos compañeros ideales. 


    Muchos, por no decir todos, de los problemas que surgen día a día con ellos son debidos a la falta de actividad, de normas básicas y de conocimiento de sus dueños. Ellos están deseando tener unas pautas que obedecer, son jerárquicos si no ponemos nosotros las normas las ponen ellos y ahí llegan los problemas. Los perros no son niños peludos, no entienden la igualdad, no saben de injusticias. Ellos quieren salir a la calle, explorar, investigar, correr, cierto grado de libertad…son seres SOCIABLES es importantísimo que desde pequeños los acostumbremos a los perros. A todos los perros, grandes, pequeños, medianos…con unos jugaran, con otros no tanto, otros simplemente los ignoraran… Eso sí, son jerárquicos al entrar en un grupo se establecen relaciones de unos con otros…Un perro no es en sí mismo dominante, este será dominante respecto a ciertos perros pero si apareciera otro con mayor carácter este será sumiso con este nuevo…Surgen problemas cuando están en niveles parecidos, o uno quiere ser superior a otro que ya lo es. Esto es claramente notorio en la madurez, ese periodo en el que por cualquier bobada acaban gruñéndose o incluso enzarzandose, están estableciendo quién es el que manda. Ellos empiezan siempre pensando que son los dominantes o “alfa” y van bajando escalones hasta encontrar su puesto. Esto mismo hacen en casa, siempre el cachorro tenderá a mandar e imponer su ley pero debemos ser nosotros quienes le pongamos en su lugar. Señales sencillas que pueden indicarnos en qué grado estamos son la sujeción del hocico con toda la mano, mantener su boca cerrada; debe quedarse quieto, con las orejas hacia atrás en gesto de sumisión y no volverse-revolverse-sacudirse-quitarnos la mano con las patas…nada de esto es conveniente. Nos mantendremos firmes hasta que desista, si es terco repetiremos y repetiremos…Hasta conseguirlo que entonces lo felicitaremos. Otro modo más natural, es aprovechar su actitud de sumisión natural: los tumbamos de lado, con la cabeza apoyada y preferiblemente el rabo entre las patas deben permanecer hasta que los soltamos. Además debemos reforzar lazos mediante juegos, uno básico y con buenos resultados es lanzar la pelota y que nos la traiga. Empezaremos poco a poco y siempre, siempre con premios, una vez comprenda el ritmo alternaremos premios de chuches con caricias. También son necesarias sesiones cortas de “adiestramiento” sirven para reforzar nuestra relación: sentado, tumbado…poco a poco con  mucha paciencia, con muchos premios y nunca con castigos ya que el aprendizaje debe ser positivo. Que no entiende que queremos que se siente, pues lo dejamos, media vuelta y nos alejamos…vendrá a buscarnos para averiguar que ha hecho mal y tratar de mejorarlo. Una vez tenga claro que nosotros mandamos, haga suficiente ejercicio para mantener su mente en buen estado, aparte de su físico y sepa que es un perro y no un humano; podremos estar seguros de que nuestro perro es un perro modelo. Y dicho lo cual, sigo convencida de que mis dos acompañantes están mucho mejor educadas que muchos, así que mi más sincera enhorabuena a todos aquellos que puedan decir eso de sus perros…pero no vale dejarnos llevar por el ego, seamos objetivos, por favor!


    Una de las ideas que tenía en mente al iniciar la entrada era la de comentar la evolución que han tenido los perros en la sociedad en los últimos años-décadas.  Empiezan a establecerse como compañeros de zonas urbanas y no solo como habitantes de jardines cerrados, es por eso por lo que es tan importante una buena educación. Han de saber ir con correa, no conviene que ladren a todas horas, no pueden tener comportamientos agresivos hacia otras personas; pero además nosotros como dueños debemos atarlos cerca cuando hay más gente y no permitir que con su correa Flexi hagan un nudo a toda la gente que pasee por la Calle Ancha, Lain Calvo, Preciados o el Paseo de Pereda… Y obviamente sus excrementos hay que recogerlos, sea en un parque, una acera o cualquier otro lugar por el que transiten más personas que nosotros, porque aunque yo adoro a los perros no me gusta pisar una mierda sea aquí, en la playa o en una calzada romana. Creo que todos sabemos diferenciar donde tenemos que recogerlas y dónde no es tan indispensable: hablese de la montaña, caminos de cabras, etc.

     Jeje, creo que ya me he alargado bastante, se nota que he entrado en temas de comportamiento que son mi devoción y además que me ha tocado la fibra sensible el grupo de energúmenos que interfiere la siesta de mis acompañantes…

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